Aprovechando que se cumplía un nuevo aniversario del 11 de septiembre de 1973, el comando presidencial de Sebastián Piñera realizó una larga e intensa jornada de reflexión, de la cual concluyeron que todo pasado fue mejor.
El evento conmemorativo, que contó con toda la cúpula de la derecha, culminó con un sesión espiritista realizada por Pablo Longueira, quien le pidió a Jaime Guzmán que lo contactara con Augusto Pinochet.
Tras unos breves segundos, apareció el multimillonario Daniel López (el Tata en vivo y directo), quien pidió hablar en privado con Sebastián Piñera e Iván Moreira.
Luego de una hora, Pinochet dijo "chao pesca'o" a la exclusiva concurrencia y se esfumó, mientras salían con sus ropas desgarradas, pero sonrientes, Piñera y Moreira.
Finalmente, el candidato presidencial de la oposición afirmó que había tenido una profunda experiencia que le había llevado a sincerar su programa de gobierno y, ante un cerrado aplauso de los presentes, les dijo lo que todos esperaban: vuelven los toques de queda, la censura, la ley de seguridad interior del estado, la CNI, los centros de detención clandestinos, la tortura, el exilio, el PEM, el POJH y, por supuesto, el remate de las empresas que le quedan al estado ¡Viva Chile, mierda!
